Si un monumento destaca en la localidad es sin duda el castillo de los Sarmiento. Adquirido por parte de la Diputación de Palencia en 1995, el proceso de rehabilitación en el que se han invertido quince años ha permitido acondicionarlo para su visita, pudiendo conocer el interior de su potente torre del homenaje, recorrer sus intrincados pasillos, pasear por el adarve, o acceder a la azotea de la torre del homenaje desde donde se tiene una magnífica vista tanto del conjunto de la población como de los alrededores.

Junto a la calle Mayor, se levanta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Antigua que conserva algunos vestigios del siglo XIII aunque la mayor parte de lo que se ve corresponde a los siglos XVI y XVII. Consta de una sola nave, con dos puertas de acceso, una situada a los pies del templo, junto a la torre, y la otra en el lado de la epistola, ambas con arco apuntado. Las columnas del atrío se trasladaron a principio del pasado siglo desde las ruinas del patio del cercano castillo, al igual que el antepecho plateresto del coro alto, situado en su interior.

Merece la pena pasear por la larga calle Mayor, donde sus casas de piedra aún conservan algún que otro escudo y blasón, que recuerdan tiempos medievales, destacando la interesente fachada de una casa del siglo XVII.

A una distancia de unos tres kilómetros, junto a la carretera que da acceso a la autovía de Castilla, en un pequeño alto desde el que se divisa el Castillo y el pueblo, se encuentra la ermita de San Pedro, construida con piedra de sillería a mediados del siglo XIII, es de estilo románico de transición.

Cerca de la misma, al otro lado de la carretera se encuentran el horno tejar, utilizado para la cocción de tejas, ladrillos, baldosas y cal. Su construcción es de mediados del siglo XIX y ha sido rehabilitado recientemente, al igual que la Fuente de de San Pedro situada en los alrededores.