Castillos de Palencia
Valle de Cerrato
Panorámica

Localidad situada sobre una meseta separada de los páramos cercanos por un arroyo, que pasada la villa, toma el nombre de Valle de Cerrato. Tras la Reconquista, al igual que otras localidades de la comarca, fue villa amurallada.

De su antigua cerca, que se mantuvo en pie hasta el siglo XIV, únicamente se conserva en la calle de la Cruz, junto a la salida a la calle Arrabal, la parte inferior de una sólida puerta construida con grandes piedras de sillería, sin que se aprecie, en los tres metros de altura que alcanza, el arranque de ningún tipo de arco, distinguiéndose únicamente las jambas de la puerta separadas entre si casi tres metros.

Puerta

Se sabe de la existencia en el siglo XI de las ermitas de Santiago, San Pedro, San Pablo y San Martín que cede el obispo de Burgos a Alfonso VI para su donación a los monjes de Cluny.

En 1352 figura como lugar de behetría de Ruy Fernández de Tovar por compra a Lope Díaz de Madrigal, y tiene por naturales a diversas familias y señores como los Lara, los Torquemada, los de Haza, Ruy González de Castañeda, los Valverde, los Serrezuela, García Martínez de Zumiel, García Núñez que lo compró a los Serrezuela, González de Herrera y los de Castrillo.

La localidad paga 600 maravedís en concepto de martiniega, de los que 420 recibe el rey y 180 el señor del lugar. Al monarca también le pagan monedas y servicios mientras que están exentos de fonsadera.

Los derechos de los señores son el yantar de los Lara cuando acuden a la villa, 6 maravedís que pagan anualmente por San Juan a los deviseros, y otros 4 a los que no lo son.

Pedro de Acuña, I conde de Buendía, establece en 1475 junto a su mujer Inés de Herrera un mayorazgo a favor de su hijo Lope Vázquez de Acuña entre cuyos bienes se incluye el lugar de Valle. Ese mismo año la reina Isabel la Católica impone a los pueblos del Cerrato una contribución de 835.223 maravedís, de los que al concejo de Valle le corresponde pagar 7.313 maravedís.

Puerta

Según datos del censo de pecheros de 1528 la localidad pertenece a la Merindad de Cerrato, con 68 vecinos pecheros que pagan 8.620 maravedís. Figura en 1589 incluida en el arciprestazgo de Baltanás con 123 feligreses, mientras que el censo de 1591 refleja la existencia de 114 vecinos, dis­tribuidos entre 100 pecheros, 10 hidalgos y 4 del clero secular.

El rey Felipe III en 1610 enajena de la Corona las alcabalas, tercias, martiniega y yantar de la localidad a Juan de Acuña, presidente del Consejo de Indias e hijo natural del VI Conde de Buendía, por 4.028.824 maravedís que fueron pagados en reales de plata. Dos años más tarde crea el Marquesado de Valle de Cerrato o Vallecerrato a favor del mismo Juan de Acuña.

Con el nombre de “Valle del Zerrato” aparece incluida en 1631 en la "Merindad del Zerrato", con una solicitud de 25 fanegas de sal para el consumo, aunque tiene firmado un concierto para el suministro de 68 fanegas anuales.

Los datos del censo de 1712 muestran una población formada por 55 vecinos pecheros, entre los que se incluyen 8 viudas contadas como 4 vecinos y 9 pobres. Hay además 2 hidalgos que están exentos.

Iglesia

En 1752 es señorío de Manuel de Cañas, Duque del Parque, por lo que cobra 47 reales de vellón. Cuenta la localidad con 82 vecinos entre los que se incluyen los eclesiásticos y 2 viudas contadas como 1 vecino. El caserío lo forman 92 casas habitables, además de 4 inhabitables y arruinadas.

Los datos de 1768 muestran un censo de 295 habitantes, de los que 150 son varones y 145 mujeres. Tres años después la re­li­giosidad de la época se refleja en la existencia de cuatro cofradías en la localidad, que tienen los nombres de Sacramental, de la Cruz, de Nuestra Señora del Valle y de San Pedro, así como de una hermandad denominada de ánimas.

Aumenta la población hasta los 373 habitantes en 1787, de los que 192 son hombres y 181 mujeres. Por ocupaciones se contabilizan 49 jornaleros, 28 labradores, 4 estudiantes y 1 escribano. Eclesiásticos hay 2 beneficiados, 1 teniente de cura, 1 sacristán y 1 de órdenes menores. Asimismo, se indica la presencia de 4 hidalgos.

El vecindario evoluciona durante el siglo XIX de los 419 habitantes, contados como 106 vecinos, que existen en 1828, a los 99 vecinos de 1843, para a mediados de la centuria pasar a 469 individuos que son considerados como 90 vecinos. En 1850 el casco urbano lo forman 100 casas de mala construcción, entre las que está incluida la casa consistorial donde se ubica la cárcel. Dispone de escuela de primeras letras a la que asisten 30 niños y un molino harinero que, por falta de agua, únicamente se utiliza durante la mitad del año.

Ermita

Según datos de 1874 hay 575 habitantes, con 130 casas, 61 cuevas (probablemente bodegas) y 1 molino. Tres años después la población de derecho la forman 247 hombres y 256 mujeres, para un total de 503 personas. En 1887 el número de habitantes asciende a 504, mientras que se indica la existencia de 151 edificios modestos.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, se levantó en el siglo XVIII sobre una anterior de estilo románico de la que aún se conserva la portada con cinco archivoltas muy decoradas. A la salida del pueblo en dirección a Baltanás se encuentra la ermita del Santo Cristo de las Aguas, edificada en el siglo XIII y reconstruida en el XVII. También a poco más de dos kilómetros al este de la localidad, accesible a través de caminos, se encuentra la ermita de la Virgen del Valle o de los Pastores, una construcción sencilla de los siglos XIX y XX.

 

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Situada a 32 Kms. de Palencia.
Por Venta de Baños y Cevico de la Torre.

La puerta se puede visitar libremente

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