Castillos de Palencia
Vega de Bur
Ermita de la Virgen del Rebollar

El famoso castillo de Ebur aparece mencionado en el año 967 con el nombre de "Eburi". Bajo su protección se reúnen Flayna, que procede de una casa de monjas de Monzón, su hermano Juan, del cercano monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos, y su pariente Julián para fundar el monasterio de los santos Justo, Pastor y Pelayo con el fin de reparar una falta cometida por este último, dotándolo con varias heredades y sometiéndolo a la protección del cercano monasterio de San Cosme, Damián y Santa Eufemia de Cozuelos y de su abad Taurino.

En 1059 figura como cabeza de un alfoz en el documento por el que Fernando I fija los límites de la diócesis palentina. Años después la tenencia del castillo estaba en manos de Alvaro de Lara hasta la venta de la localidad por parte de Fernando III.

La localidad aparece en el Becerro de las Behetrías, en 1352, como behetría de Don Tello, hijo del rey Alfonso XI, teniendo por naturales a los Lara. Pagan al rey servicios y monedas pero no yantar ni fonsadera. Su señor recibe por naturaleza seis maravedis, y en concepto de infurción una fanega de trigo y cuatro sueldos el que tiene una yunta de bueyes, o la mitad si no tiene bueyes o sólo uno. Además pagan 30 maravedis a los herederos de Ruy Gutiérrez de Quexada por martiniega.

Como "Vegadebur" se la menciona en el Censo de Pecheros de 1528, con 23 vecinos pecheros, mientras que en el Censo de Población de 1591, ha aumentado a 43, además de 2 clérigos.

Plano histórico

Según el Censo de la Sal de 1631, solicitan 12 fanegas, aunque por escritura tenían concertada la cantidad de 16 fanegas.

En el Catastro de Ensenada, a mediados del siglo XVIII, figura como señorío del Duque de Frías, con una población de cincuenta y tres vecinos, incluidos eclesiásticos y viudas, aunque contando cada dos como uno. Consta el caserío de sesenta y nueve casas, cuatro de ellas inhabitables, pagando infurción a las monjas de Santa Fe de Toledo. También, pagaban diezmos y primicias por las tierras de pan llevar.

Asciende la población a 238 habitantes en 1768, de los que 117 son varones y 121 hembras, además de tres eclesiásticos. Un nuevo censo, el de 1787, indica la existencia de 85 hombres y 86 mujeres, para un total de 171 habitantes, que por ocupaciones se distribuyen en 20 labradores, 14 jornaleros, 8 artesanos, 7 criados, y 6 fabricantes, además de un estudiante, un beneficiado, un teniente de cura, un sacristán y un militar. El resto es menor o sin profesión específica.

Con 35 vecinos, 123 habitantes, aparece en 1828. Descienden a 32 vecinos, 166 almas, a mediados del siglo XIX, en que la localidad consta de 50 casas de mediana construcción, y cuenta con 5 molinos harineros.

La fortaleza tuvo gran importancia en la defensa de la zona de la Ojeda hasta el siglo XII en que es reemplazado por el de Herrera de Pisuerga, como cabecera de un territorio más amplio. A finales del siglo XVI pertenecía a la jurisdicción de Herrera dentro de la merindad de Monzón.

Iglesia de San Vicente

Su emplazamiento pudo estar situado en el monte, a un kilómetro de Vega de Bur, en el pago conocido como Castillo de la Vega, cerca del cual se levanta un Santuario en honor de la Virgen del Rebollar, patrona de La Ojeda. Desde sus 1021 metros de altura se domina la carretera que une Herrera con Cervera de Pisuerga cruzando La Ojeda, así como la iglesia del que fue monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos y las ruinas del castillo de San Pedro el Alto al que algunos vecinos identifican como el de Ebur.

En la localidad de Vega de Bur la iglesia parroquial, dedicada a San Vicente, es de origen románico, aunque lo que hoy se ve corresponde a una remodelación del siglo XV. Destaca un bello ventanal existente en la fachada Sur. La antigua portada románica de la iglesia de San Tirso, siglo XII, perteneciente al desaparecido despoblado de Medinilla, hoy sirve de puerta al cementerio.