Castillos de Palencia
Frómista
Iglesia de Santa Martín

Repoblada en la segunda mitad del siglo IX, la primera mención conocida de Frómista data de 1059, en la que aparece "Frumesta" como lugar perteneciente al obispado palentino. Se la menciona de nuevo en 1066, en el testamento que la reina Doña Mayor, casada con D. Sancho III de Navarra, hace a favor del monasterio de San Martín que ella había fundado en la localidad. También había poblado el barrio del mismo nombre que rodeaba la iglesia.

Esta donación hace que convivan en una misma localidad dos tipos de señoríos independientes, el eclesiástico formado por el monasterio y su barrio, y el secular formado por el resto de la villa, lo que provocará numerosos conflictos en el futuro.

La reina Doña Urraca, bajo la que estaba la jurisdicción y protección del monasterio y barrio de San Martín, los dona a los monjes de San Zoilo de Carrión en 1118.

Por su parte, el resto de la población fue entregado por Alfonso VIII en arras a la infanta doña Berenguela en 1188 con motivo de su boda. En el siglo XIII figuraba como señorío de Juan Diez. A su muerte en 1291 se reparte la villa entre sus cuatro hijos que la venden al poco tiempo pues en 1293 ya estaba en poder de los hospitalarios de Puente Fitero.

Iglesia de Santa Martín

En 1325 es señorío de Juan Fernández Padilla que, ante los apuros del monasterio de Carrión, arrienda el Priorato de San Martín por 10 años a cambio de 30.000 maravedís, unificando temporalmente toda la población.

Alfonso XI concede la villa a su hijo bastardo Don Tello en 1339. Por esa época cuenta con las iglesias de San Martín, San Pedro, Santa María del Castillo, del Otero (actual ermita) y la desaparecida de San Miguel, situada a la salida de pueblo en dirección a Marcilla.

Aparece en el Becerro de las Behetrías como lugar de señorío de Don Tello y el barrio de San Martín abadengo del Monasterio de San Zoilo de Carrión. Pagan al Rey servicios y monedas, además de fonsadera los del barrio de San Martín. Don Tello recibía de su señorío marzadga, fuero y yantar, y del abadengo martiniega y yantar. También obtenía los rendimientos del portazgo y una escribanía.

Durante el reinado de Pedro I pasa el señorío a María de Padilla. Volviendo de nuevo a Don Tello tras ocupar el trono Enrique II de Trastámara. A su muerte, el rey concede el señorío en 1374 al Adelantado Mayor de Castilla, Ferránd Sánchez de Tovar, a quién también entrega el prior de San Zoilo la encomienda del barrio de San Martín.

Iglesia de San Pedro

Durante su gobierno impuso a todos fuertes e injustos tributos, hizo construir un castillo en la iglesia de Santa María y llegó a ser excomulgado por apropiarse de cálices y cruces de la iglesia de San Martín. A su muerte, sus hijas venden la villa en 1385 al Adelantado Gómez Manrique, que también recibe la encomienda del barrio, sobre cuya posesión entabla pleito.

En 1421 su hija Doña María Manrique, tras intentar tres años antes apoderarse del barrio, consigue sentencia favorable del Papa Martín V, en la que se basa para que su marido, el Mariscal de Castilla Gómez de Benavides, asalte la cerca y tome el barrio por la fuerza. La situación se legaliza en 1427 tras una sentencia por la que, a cambio de un pago anual de 50.000 maravedís, la jurisdicción pasa a los señores de la villa.

Tras la creación de la Santa Hermandad por parte de los Reyes Católicos, Frómista forma parte de la Hermandad de Campos, asociación formada por varios pueblos con el fin de proteger los caminos y hacer cumplir la ley fuera de las poblaciones.

Durante la Guerra de las Comunidades, ante el avance del ejército comunero y para evitar saqueos como el sucedido en Magaz, la localidad ofrece el pago de 500 ducados, aunque vencido el plazo no se pudo reunir esa cantidad, apropiándose el Obispo Acuña de diversos objetos litúrgicos de plata de las iglesias.

Ermita del Otero

Pocos años después, en 1528, los 422 vecinos pecheros censados tuvieron que pagar 78.000 maravedís.

Felipe II en 1559 concede a Jerónimo de Benavides el título de Marqués de Frómista. La población en 1591 asciende a 521 vecinos, de los que 488 eran pecheros, 12 hidalgos, 20 del clero secular y uno del clero regular.

Por esas fechas es cabecera del arciprestazgo de Frómista y cuenta con cuatro iglesias: San Pedro a la que pertenecen 212 vecinos, Nuestra Señora del Castillo con 113, San Martín con 142 y Nuestra Señora del Otero con 31.

A mediados del siglo XVIII pertenece a la Duquesa de Uceda. La población la forman 217 vecinos, entre los que se incluyen 24 viudas consideradas cada dos como un vecino. Dispone de 219 casas habitables y 40 arruinadas de las que sólo queda el solar.

Poco después, en el censo de Aranda de 1768, se indica la existencia de 1.009 almas, 541 hombres y 468 mujeres, repartidas entre las parroquias de San Pedro con 406 almas, Nuestra Señora de la Concepción con 345 y San Martín con 258.

La villa aparece incluida en el Partido de Nueve-Villas en 1787, como señorío secular del Duque de Uceda, que tiene el derecho de nombrar Alcalde Mayor y Alcalde Ordinario.

Iglesia de Sta. Mª. del Castillo

Aumenta la población hasta los 1.122 habitantes de los que 239 aún no alcanzan los 7 años. Por la ocupación a que se dedican hay 161 jornaleros, 41 labradores, 37 artesanos, 31 criados, 22 estudiantes, 11 empleados con sueldo real, 10 hidalgos, 8 beneficiados, 6 militares y 4 ordenados a titulo de patrimonio. Hay además 3 tenientes de cura, sacristanes, acólitos y abogados, así como 2 ordenados de menores, escribanos y dependientes de inquisición.

En 1850 cuenta con 315 edificios, la mayor parte de mediana construcción. La población asciende a 285 vecinos, 1.483 almas. Tiene 3 iglesias parroquiales: San Martín, San Pedro y Santa María de la Concepción, y 2 ermitas dedicadas a La Cruz y a Nuestra Señora del Otero.

Alrededor del Barrio de San Martín y el priorato se levantaba una cerca que les separaba y protegía del resto de la villa, aunque no siempre logró contener el asalto de los señores de Frómista. En 1384 Ferránd Sánchez de Tovar tomó el barrio, derribando la cerca y matando a un vecino. De nuevo Gómez de Benavides en 1421 asalta la cerca y derriba el campanario de San Martín.

La muralla tenía dos puertas, la de Grajal, que se abría en dirección a Población de Campos, y la de Carremonzón. En 1636 ambas se mantenían aún de pie, según el testamento de un vecino, por el que manda colocar un retablo con la imagen de Nuestra Señora del Rosario sobre la puerta de Grajal.

Canal de Castilla

Según Francisco de Paula en 1845 aún se conservaban restos de sus "suntuosas murallas".

La antigua iglesia de Santa María del Castillo ya se denominaba así cuando en 1379 Sánchez de Tovar la fortificó, lo que le supuso la excomunión. Hoy no queda nada de la misma ya que, arrepentido en su lecho de muerte, dispuso que se destruyese la fortaleza y sus piedras se usasen para volver a levantar la iglesia.

En Frómista no debe dejar de verse la iglesia de San Martín, construida en el siglo XI, una de las joyas del románico español. Ya del XIV es la anteriormente mencionada iglesia de Santa María del Castillo, y del XV la de San Pedro. Fuera del casco urbano se encuentra la ermita de la Virgen del Otero muy reformada en el XVIII.

Cercano a esta última se encuentra el Canal de Castilla donde el conjunto formato por cuatro esclusas enlazadas salvan el mayor desnivel del Canal. Por esta zona el Camino de Santiago atraviesa el canal después de haber compartido el mismo trayecto durante los últimos tres kilómetros.