Castillos de Palencia
Hornillos de Cerrato
Vista nordeste

Los restos del castillo se ubican sobre un cerro que domina el pueblo. De lo que fue una fortaleza de planta cuadrada con fuertes cubos en las esquinas, sólo queda el frente Este con sus cubos y parte del lienzo Norte.

Se trata de una construcción del siglo XVI, levantada sobre un edificio anterior, realizada con sólida piedra de sillería. En el exterior presenta una imposta a la altura del primer piso, grandes ventanas, troneras de buzón y un remate de grandes merlones, característico de fortalezas artilleras. En la parte superior del cubo Sudeste hay tallado un escudo heráldico en forma de aspa.

En el interior contaba con tres pisos, como se aprecia claramente por los mechinales donde se apoyaban los desaparecidos forjados de madera. Los cubos de las esquinas, abiertos al interior, tenían cuatro plantas.

Conserva en el muro Norte, prácticamente enterrada, una puerta con arco de medio punto que quizá hizo las veces de poterna. En el interior, la zona central del castillo se encuentra rellena de escombros. A mediados del siglo XVIII la fortaleza ya se encontraba arruinada y a principios del siglo XX sus piedras se usaron para pavimentar las carreteras.

Vista sur

Probablemente Hornillos se repobló, al igual que otras localidades del Cerrato, a finales del siglo IX, tras ser reconquistadas estas tierras por el rey Alfonso III.

A mediados del siglo XIV figura como lugar de solariego compartido entre don Nuño, doña Toda González, Juan Rodríguez de Sandoval, don Sancho Ruiz de Rojas, Juan Sánchez de Ayala y Juana Rodríguez, a los que los vecinos pagan servicios y martiniega. En esta época atiende la parroquia de San Miguel un párroco, cuatro prestes, un diácono, un subdiácono y seis graderos.

En el siglo XV pertenece a los Enríquez. El Almirante de Castilla, que también posee las fortalezas Palenzuela y Cordovilla la Real, junto con su cuñado Juan de Tovar, señor de Astudillo, y otros caballeros se sublevan contra Juan II y su favorito Alvaro de Luna ocupando varias localidades del Cerrato, entre ellas la plaza fuerte de Baltanás. Son derrotados en 1445 en la batalla de Olmedo y tras el perdón real la localidad vuelve a los Enríquez, quienes aún poseían el castillo en 1470.

A principios del siglo XVI está en poder de Bernardino Pérez de Sarmiento, conde de Ribadavia, a quién en 1503 la Corona pide explicaciones sobre los abusos del alcaide con los vecinos, a los que obliga a hacer guardias en la fortaleza.

Vista interior

El suceso más notable de la villa ocurre en 1507 cuando acampa, durante cuatro meses, el cortejo fúnebre con los restos de Felipe I "El Hermoso", fallecido en Burgos, que bajo la presidencia de su esposa la reina Juana "La Loca" se dirige a Tordesillas. La comitiva procede de la vecina Torquemada, donde la reina había dado a luz a la princesa Catalina, aunque se vieron obligados a huir debido a la peste. El cadáver se ubica en la iglesia parroquial donde permanece varios meses hasta que las antorchas encendidas para su velatorio acaban provocando el incendio del edificio y de varios ornamentos litúrgicos, daños valorados posteriormente en 40.000 maravedís..

En 1528 el número de vecinos pecheros de la localidad asciende a 50. Dos años más tarde el señorío pertenece a Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V y destacado constructor de castillos, que se había casado con la nieta de Don Bernardino. El 5 de julio de 1537 vende la villa, el castillo y varios derechos del señorío por 8.000 ducados a Pedro Fernández Portillo y Villarroel, regidor de Valladolid, quien el 25 de agosto toma posesión de la villa y su fortaleza.

Pertenece a Pedro Fernández de Villarroel en 1591 y tiene una población de 76 vecinos, de los que 69 son pecheros, 3 hidalgos y 4 pertenecen al clero secular.

Muro norte

Datos de 1631 indican la existencia de 75 vecinos, 241 personas, además de 1.993 cabezas de ganado menor. Para el consumo anual solicitan 40 fanegas de sal aunque tienen un concierto para el suministro de hasta 60 fanegas.

Desciende la población en 1712 para estar formada por un vecindario 16,5 vecinos, entre los que se encuentran 3 viudas consideradas como 1,5 vecinos y 5 pobres. Además hay 7 hidalgos no incluidos en el vecindario.

La villa es señorío del Marqués de San Vicente en 1752, con un núcleo urbano formado por 70 casas todas habitables donde vive una población de 51 vecinos que tienen como bienes en común la casa del ayuntamiento y la de fragua con su equipación de fuelles, yunque y martillo, así como varias tierras de sembradura, monte bajo y prados.

Cuenta en su término municipal con 17 colmenares, de los que 5 están arruinados, que son propiedad de 15 vecinos. Sus 220 colmenas producen una ganancia anual de 9 reales de vellón cada una.

Dispone la localidad de cirujano-sangrador, escribano que es de Torquemada, maestro de primeras letras que ejerce también de sacristán, herrero, tabernero, 3 pastores de ganado lanar y 3 rabadanes, pastor de ganado mayor, guarda de campo y monte, 59 labradores, incluyendo familiares y criados, que trabajan 180 días al año y 5 labradores jornaleros que se ocupan anualmente 120 días. Además de 2 clérigos y 3 pobres de solemnidad.

En 1768 Hornillos tiene 362 habitantes, con igual número de hombres y mujeres. Tres años después cuenta con 3 cofradías que celebran varias misas. La Cofradía del Santísimo además celebra 2 funciones, la de Ánimas 3 y la de la Cruz da refresco.

Iglesia San Miguel Arcángel

La villa sigue siendo de señorío del Marqués de San Vicente en 1787, con 437 habitantes, de los que 428 son varones y 209 mujeres. Por ocupaciones hay 49 jornaleros, 45 labradores, 21 hidalgos, 12 criados, 4 estudiantes, 1 escribano, 2 tenientes de cura y 1 sacristán.

La población en 1828 es de 70 vecinos, 255 habitantes, que disminuye en 1843 a 65 vecinos, de los que 62 son electores.

A mediados del siglo XIX la villa esta formada por 70 casas de 2 pisos y mala construcción, casa de ayuntamiento, pósito y escuela de primeras letras a la que acuden 20 niños. La población la forman 291 almas, que se contabilizan como 56 vecinos.

En 1874 aumenta a 466 el número de habitantes y a 110 el de viviendas. Se indica además la existencia de 37 cuevas, probablemente bodegas. Pocos años después, en 1883, cuenta con 146 casas para una población de 407 vecinos, de los que unos 30 son niños que asisten a la escuela municipal.

El nombre de Hornillos de Cerrato hace referencia a los hornos donde se cocía el yeso, materia prima muy abundante en el término municipal como demuestran las numerosas yeseras que se observan por encima del pueblo.

La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel es del siglo XIII reconstruida en el XVIII. Al Sur de la población, en un alto, se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Belbis, dedicada a la patrona del pueblo.