Castillos de Palencia
Torquemada

Situada junto a un vado que se producía en época de estiaje en el río Pisuerga, fue denominada como "Turre Cremata" por las gentes que la repoblaron a finales del siglo IX, probablemente por los restos calcinados de una torre visigótica que custodiaba el paso.

Puente

La villa es tomada por el rey de León Alfonso IX en 1217, durante el enfrentamiento que mantuvo con su hijo Fernando III por el reino de Castilla. A mediados del siglo XIV, en el Becerro de las Behetrías, aparece como señorío de Juan Rodríguez de Sandoval que recibe anualmente 95 maravedís en concepto de martiniega, además cada hombre que tiene dos o más cabezas de ganado le paga una fanega de cebada, o media en caso contrario. También dan al rey 325 maravedís de martiniega, así como servicios y monedas, aunque no pagan fonsadera ni yantar. Asimismo el merino del rey recibe 24 maravedís.

Durante el siglo XV Torquemada adquiere gran importancia como paso obligado en la ruta que unía Burgos con Palencia y Valladolid, refrendada por la construcción de un imponente puente de dos tramos y veintidós ojos para salvar el cauce del Pisuerga. En 1475 al concejo le corresponde pagar la cantidad de 51.744 maravedís de los 835.223 que la reina Isabel la Católica impone a la merindad de Cerrato.

En las navidades de 1506 llega a la villa la reina Juana I "La loca", presidiendo el cortejo fúnebre que acompaña los restos mortales de Felipe I "El hermoso". Pocos días después da a luz en la localidad a la infanta Catalina, futura reina de Portugal. Casi cuatro meses permanece en Torquemada, hasta que una epidemia de peste obliga a la corte a desplazarse a la vecina localidad de Hornillos de Cerrato.

Iglesia de Santa Eulalia

Durante la guerra de las comunidades, al igual que otras localidades en poder de los Comuneros, es conquistada en 1521 por el ejército del condestable de Castilla en su camino hacia Torrelobatón. Siete años más tarde los 426 vecinos pecheros censados han de pagar 89.070 maravedís a la corona.

A finales del XVI se hunde su magnífico puente, volviendo a ser construido entre 1583 y 1586, con posteriores obras de rehabilitación y mejora en los siglos XVII y XVIII, entre las que se encuentran el aumento del número de ojos a los veinticinco que presenta en la actualidad.

Según datos eclesiásticos de 1589 la localidad está incluida en el arciprestazgo de Astudillo y cuenta con 612 vecinos. Dos años más tarde según el censo oficial son 546 los vecinos, de los que 526 son pecheros, 18 pertenecen al clero secular, 2 al regular y no hay ningún hidalgo.

Torquemada es vendida en 1608 por Felipe III, junto con otras diez villas, entre las que se encuentran Fuentes de Nava y Capillas, a Francisco Gómez de Sandoval, Duque de Lerma, lo que provoca varios incidentes en la localidad entre los 686 vecinos y medio que figuraban censados.

En 1631 la villa tiene 1.331 habitantes, contados como 497 vecinos, y una ganadería formada por 351 cabezas de ganado mayor y 3.526 menor.

El vecindario en 1712 lo componen 202 vecinos, a los que hay que sumar 81 viudas contadas como medio vecino, y un pobre. No hay ningún hidalgo ni mendicante.

Restos del castillo

Los datos del Catastro de Ensenada reflejan que a mediados del siglo XVIII la villa es señorío del Duque de Medinaceli, tiene 506 vecinos y dispone de 500 casas, entre ellas 6 inhabitables y otras tantas arruinadas.

Asciende la población a 2.103 habitantes en 1768 de los que están exentos de tributos 61 por pertenecer al Real Servicio, 4 a la Real Hacienda, 2 a la Cruzada y 3 a la Inquisición.

La gran religiosidad de la época se manifiesta en 1771 en la existencia de 10 cofradías que celebran diversas funciones, misas y en algunos casos dan refrescos y comida. La cofradía Sacramental es la que más funciones realiza con 12. Se da la curiosidad de que la cofradía de Ánimas Ricas es la que más gasta con 1.395 reales, mientras que la que más fondos propios tiene es la de Ánimas pobres con 1.281 reales. Hay además 6 congregaciones sin patrimonio cuyo gasto lo pagan directamente sus cofrades.

Aumenta la población a 2.240 personas en 1787 que por ocupaciones se reparten en 256 jornaleros, 40 labradores, 12 estudiantes, 9 artesanos, 8 fabricantes, 6 comerciantes, 4 abogados, 4 escribanos, 4 criados. Además hay 3 pertenecientes al fuero militar, 3 de la Inquisición, 1 empleado de sueldo Real y 1 dependiente de la cruzada. Los eclesiásticos son 7 beneficiados, 1 cura, 1 sacristán, 1 acólito y 1 perteneciente a la Orden Tercera del patrimonio.

Ermita de Ntra. Sra. de Valdesalce

La invasión francesa afecta gravemente a Torquemada en 1808 ya que en represalia por la resistencia que oponen sus habitantes a que crucen el puente, la población es saqueada e incendiada, y el general Lasalle mantiene una guarnición permanente para proteger el puente y el Camino Real de Burgos, lo que no evita que los convoyes militares sean acosados por las guerrillas. De nuevo cuatro años más tarde, soldados franceses acantonados en Palenzuela vuelven a saquear la localidad, y en 1814, ya con el ejército en retirada, dañan el puente para evitar ser perseguidos.

En 1828 el número de habitantes asciende a 3.357, contados como 704 vecinos, mientras que a mediados de siglo se indican 841 vecinos, 2.702 almas. La carretera de Burgos a Valladolid atraviesa el casco urbano que está formado por 620 casas y también pasa por su famoso puente donde se cobra el portazgo.

Según Ricardo Becerro de Bengoa, en 1874 Torquemada tiene 3.000 habitantes, y dispone de 652 casas, 502 bodegas y 2 molinos.

Además de la antigua torre visigótica cuyas ruinas se encontraron los antiguos repobladores, seguramente existió en el siglo XIII una pequeña fortaleza sobre cuyos restos se edificó en el siglo XVI la iglesia de Santa Eulalia.

Iglesia de Santa Eulalia

También en el siglo XV existía una pequeña fortaleza o torre conocida como castillo de Monforte situada en el cerro testigo denominado Cotarro del Otero, situado al Este de la localidad a poco más de 6 kilómetros en línea recta. Desde sus 823 metros de altura se tiene una amplia panorámica del valle del Pisuerga por donde transcurría el Camino Real. Unos metros por debajo de la cima se encuentra lo que pudo ser un almacén o sala subterránea, de la que se conservan parte de dos muros con aparejo de piedra, de ocho metros de largo, unidos por una bóveda de cañón de cuatro metros de luz y una altura de al menos tres metros y medio. Por los huecos existentes a ambos lados pudo tener una longitud cercana a los veinte metros.

Rodeaba la puebla de Torquemada una muralla, ya desaparecida, que contaba con varias puertas, siendo las principales la que daba al puente y la de Carrepalencia. En ambas se mandó colocar el escudo de armas del Duque de Lerma cuando en 1608 adquiere la villa. Estaba "mal amurallada" según escribe Antoine de Lalaing en 1501, mientras que Theophile Gautier en 1853 indica que el pueblo "está repleto de antiguas fortificaciones en ruinas".

El trazado de la cerca transcurría por la antigua calle Corredera, actual avenida Alberto Acítores, seguía por La Paz y volvía por la calle Afuera hasta la de Santa Cruz por la que enlazaba de nuevo con la Corredera. Formaba un recinto bastante alargado, que dejaba la iglesia de Santa Cruz extramuros y que fue derribado en 1869.

Ermita de Ntra. Sra. de Valdesalce

La comunicación con el exterior se realizaba por medio de cuatro puertas. La del Puente se situada enfrente del mismo y cerca de las casas donde nació la infanta Catalina. En la avenida de La Paz se situaba la de Carrepalencia o de la Paz, utilizada para desplazarse a la capital palentina, contaba con dos torres y la ermita de la Paz en su parte superior. La puerta de Carreamusco se ubicaba en el cruce de las calles Afuera con Valdesalce, y la puerta o Arco de Santa Cruz en la calle de su nombre con salida a la actual ermita. También existía otra puerta más pequeña o portillo en las Tenerías.

Según algunos autores, en el siglo XV Fray Tomás de Torquemada, Inquisidor General de Castilla y Aragón, y su sobrino Fray Juan de Torquemada, cardenal de San Sixto, nacen en la localidad donde es seguro tenían lazos familiares.

El edificio que más destaca sobre el caserío es la iglesia parroquial de Santa Eulalia, construida principalmente en el siglo XVI, ha tenido diversas ampliaciones y reformas. Del siglo XII, es la iglesia de Santa Cruz, hoy ermita del cementerio, también reformada y ampliada a finales del XIII. La ermita de Ntra. Sra. de Valdesalce, patrona de la villa, se encuentra a poco menos de dos kilómetros, conserva el ábside del siglo XIII. Como obra civil, no puede dejarse de ver el famoso puente de Torquemada.