Castillos de Palencia
Villaconancio

La localidad de Villaconancio se encuentra situada al sur de la provincia palentina, en la comarca conocida como Cerrato. Su nombre se debe a Conancio, probablemente un repoblador, que prestó su nombre a la localidad.

En 1163 el rey Alfonso VIII hace donación de la villa a la iglesia palentina y a su obispo D. Raimundo. El templo de San Julián ya aparece mencionada en 1345.

Panorámica de la localidad

Poco después, en 1351, el lugar es solariego de Ruy González de Castañeda, de Juana mujer de Juan Rodríguez de Sandoval, de los hijos de Sancho Manuel y de la orden de Santa María de la Vid, que reciben de sus vasallos anualmente dos sernas con el ganado que tienen. Por su parte el rey recibe por cada casa 2 maravedís y 3 sueldos, y también le pagan servicios y monedas. Además el merino del rey recibe 24 maravedís.

Enrique III otorga en 1394 a su justicia mayor Diego López de Stúñiga la jurisdicción civil y criminal de la localidad que pasa de este modo a la casa de Béjar.

De los 335.223 maravedís que la reina Isabel impone de contribución a las localidades de la merindad del Cerrato en 1475, al concejo de Villaconancio le corresponde pagar 6.651 maravedíes.

En 1521, durante la guerra de las Comunidades de Castilla, el obispo Acuña obliga a los vecinos de Villaconancio y otras localidades del Cerrato a entregar carretas y dinero para fortalecer a Dueñas. Siete años más tarde se censan en la población 83 vecinos pecheros.

La localidad en 1591 está incluida en la merindad de Cerrato y cuenta con 114 vecinos, de los que 111 son pecheros y 3 pertenecen al clero secular, aunque dos años antes, según datos eclesiásticos en que figura en el arciprestazgo de Baltanás, indican la existencia de 104 vecinos.

Iglesia de San Julián y Santa Basilisa

Según el censo de 1631 obtiene la sal del alfolí de Encinas, con quien tiene un contrato de suministro de 62 fanegas anuales, aunque para este año únicamente solicita 36. La población en 1646 se ha reducido a 83 vecinos que continúa disminuyendo hasta los 45,5 vecinos que se indican en 1712, entre los que se encuentran 13 pobres y 9 viudas consideradas como 4,5 vecinos. No hay ningún hidalgo y el único mendicante que existe no tiene la consideración de vecino.

A mediados del siglo XVIII la villa es señorío del Duque de Béjar. Cuenta con una población de 90 vecinos entre la que están incluidos los eclesiásticos y 2 viudas contadas como un vecino. En su casco urbano se encuentran 84 casas habitadas y 3 arruinadas. Dispone de 2 molinos harineros situados en el arroyo Maderón con la propiedad de los mismos muy repartida.

El Censo de Aranda, confeccionado en 1768, recoge que la villa pertenece al obispado y corregimiento de Palencia, así como la existencia de 454 habitantes, 215 hombres y 239 mujeres, de los que 3 pertenecen al Real Servicio.

Tres años más tarde se sabe de la existencia de dos cofradías, la de la Cruz y la de Nuestra Señora y San Martín, así como la congregación de Ánimas, que celebran diferentes funciones, misas y algunas dan refresco a los hermanos.

Iglesia de San Julián y Santa Basilisa

Los datos del censo de 1787 señalan que la villa cuenta con alcalde ordinario, es de señorío secular del marqués de Peñafiel y está incluida en la intendencia de Palencia, partido de Cerrato. Tiene una población de 513 habitantes de los que 250 son hombres y 263 mujeres. Con ocupación específica figuran 21 labradores, 20 jornaleros, 1 escribano 1 militar, 1 beneficiado, 1 teniente de cura y 1 sacristán.

Se mantiene el número de habitantes en 1828 en 513, que son considerados como 153 vecinos. Produce abundantes granos y excelentes plantas medicinales, además de mucha miel y cera. Datos oficiales de 1843 reducen el número de vecinos a 110 de los que 85 son electores.

A mediados del siglo XIX forman la población 598 habitantes, equivalentes a 115 vecinos, que se distribuyen en 140 casas de mala construcción y dispone de una escuela de primeras letras a la que acuden 28 niños. Al haberse arruinado la iglesia parroquial en 1833 usan en su lugar la ermita de Nuestra Señora de Mediavilla, situada en un extremo de la localidad. En su término municipal sigue conservando los 2 molinos harineros. Además de la producción agrícola y ganadera muchos vecinos se dedican a la elaboración de carbón vegetal.

En 1857 se censan 459 habitantes, 180 hombres y 279 mujeres, mientras que Becerro de Bengoa indica en 1874 la existencia de 522 habitantes, 145 casas y 2 molinos y un nuevo censo tres años más tarde reduce el número de habitantes a 467.

Iglesia de San Julián y Santa Basilisa

Datos de 1188 señalan que el casco urbano de la localidad dispone de 130 edificios de dos plantas y 20 de una, para una población de derecho de 497 personas de las que 12 se encuentran diseminadas por el municipio en donde hay 1 casa de una planta, 2 de dos y 60 lugares calificados como albergues.

Varios autores al hablar de Villaconancio mencionan que la localidad pudo contar con una pequeña fortaleza o torre, aunque no se conoce ninguna referencia documental o arqueológica que lo corrobore.

También aseguran que estuvo amurallada lo cual puede comprobarse viendo el trazado urbano de la localidad bien desde un plano o desde una vista aérea del mismo donde se ve el trazado entre circular y elíptico con varios callejones que no tienen salida al exterior de la población. Hay que tener en cuenta que las naves situadas al Sudeste no existían a mediados del siglo pasado.

También podemos comprobar como en el censo de 1890 figuran las calles Puerta Illana, Extramuros y Postigo.

La primera, Puerta Illana se la denomina así hasta 1922 para pasar en el censo de 1924 a llamarse Abilio Calderón. Es muy posible que la calle terminase en una puerta de la muralla con el mismo nombre orientada al Oeste.

Ayuntamiento

La calle Extramuros se extiende desde el cruce con la calle Abilio Calderón al Oeste siguiendo por el Norte de la población hasta unirse con la Calle Real por el Este. Todo este tramo tiene un único acceso por la calle Medio donde pudo ubicarse otra puerta. En la vecina localidad de Cevico Navero también se produce una situación similar al tener una amplia zona de su perímetro sin entradas.

Por su parte la calle Postigo, aún se la denominaba así en el censo de 1955 y correspondería con la parte Sur de la calle Medio, donde probablemente existiera una pequeña puerta o portillo de la muralla.

Puede parecer extraño la falta más calles con salida al exterior de la calle Extramuros, pero hay que tener en cuenta que la actual carretera que comunica Castrillo de Onielo con Cevico Navero, anteriormente era un camino que se situaba al Sur de la localidad

Destaca en la población la iglesia de San Julián y Santa Basilisa comenzada a construir en el siglo XII y después de arruinarse en 1833 fue reconstruida a principios del siglo XX. Del templo original se conserva un doble ábside de estilo románico con evocaciones lombardas. El espacio del tercer ábside lo ocupa una torre maciza.