Castillos de Palencia
Villaumbrales
S. Juan Bautista

Aparece mencionada con la actual grafía en documentos de Alfonso VIII en 1210 y de Fernando III en 1218. Su nombre viene a significar "la villa de los olmos". En el siglo XII Alfonso VIII entrega el señorío a su repostero Fernán Sánchez. Siguió en sus descendientes hasta 1218 en que pasa a don Rodrigo Giménez de Rada, arzobispo de Toledo, quien mandó construir la muralla que rodeó la villa y de la que hoy no se conserva ningún vestigio. En 1795 Gaspar Melchor de Jovellanos, en su Diario, menciona la existencia de restos de murallas de tierra.

A esta villa llega el rey Alfonso XI en 1331 para entrevistarse con el sublevado infante Don Juan, que se encontraba en la vecina Becerril de Campos. Reunidos a mitad de camino, tras someterse el infante a la autoridad real, le fue otorgado el perdón. El arzobispo de Toledo cede temporalmente en 1335 la villa a Doña Leonor de Guzmán, favorita del monarca, lo que suscitó fuertes críticas.

De nuevo aparece el lugar en 1351 perteneciendo al arzobispo de Toledo, a quien pagan anualmente 2.430 maravedís en concepto de marzadga, y otros 300 por yantar. Además, cada casa paga 4 dineros por fumadga. Al rey le pagan servicios y monedas, pero no fonsadera al tener privilegio de exención.

Torre iglesia S. Pelayo

En 1514 el importe que debía satisfacer la localidad en concepto de alcabalas y tercias asciende a la cantidad de 142.250 maravedís. Durante la Guerra de las Comunidades, se muestra favorable al levantamiento comunero, lo que posteriormente, tras la derrota de Villalar, la supone una fuerte sanción para la que solicitan el perdón real al ser imposible su pago. También colaba aportando grano para el ejército imperial que resiste en Logroño la entrada de las tropas francesas. En 1528 la localidad cuenta con 175 vecinos pecheros que tienen que hacer frente a 51.680 maravedís.

Felipe II la incorporada al realengo el 6 de abril de 1574, tras el Breve de Gregorio XIII que permite pasar a la corona las villas de obispados, iglesias y conventos. En 1579 es vendida a Andrés de Lespes, vecino de Valladolid, por la cantidad de 4.671.047 maravedís. Tiene en este momento la localidad 273 vecinos, con unas rentas jurisdiccionales de 7.130,5 maravedís, pagan 5.600 en concepto de martiniega y 1.000 los que explotan las escribanías públicas y del concejo.

Dos años más tarde, el 9 de enero de 1581, se aprueba en Elbas la real cédula por la que la villa compra su libertad por el mismo importe y con la promesa real de no ser vendida ni enajenada. Poco después, en 1589, la localidad aparece incluida en el Arciprestazgo de Becerril de Campos con dos iglesias, la de San Juan que contaba con 124 feligreses y la de San Pelayo con 117. Ya en 1591 en el censo figuran 198 vecinos de los que 188 son pecheros y los otros 10 pertenecen al clero secular.

Incluida en 1631 en el Partido de la ciudad de Palencia y sus lugares, cuenta con 170 vecinos, equivalentes a 241 personas, con 1.500 cabezas de ganado menor y un gasto de 130 fanegas de sal anuales.

Casa del Rey

Con un vecindario de 73 vecinos aparece en 1712, al que hay que sumarle 5 más por las 10 viudas que se computan como medio vecino. Fuera del vecindario se incluyen dos pobres de solemnidad.

A mediados del siglo XVIII, figura en Las Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada como villa de realengo, con 190 vecinos, entre las que se encuentran varias viudas contadas cada dos como un vecino, y 185 casas, todas ellas habitables.

En 1768 la población la forman 1.010 habitantes, de los que 495 son hombres y 515 mujeres. Por parroquias, 499 pertenecen a la de San Juan y 326 a la de San Pelayo. Además, hay 9 que pertenecen al Real servicio.

La población desciende en 1787 a 838 habitantes, 420 hombres y 418 mujeres, de los que 170 son jornaleros, 36 labradores, 20 criados, 11 artesanos, 10 estudiantes, 7 están en el Fuero militar, 3 fabricantes, 2 empleados con sueldo Real y 1 escribano. Eclesiásticos hay 7 beneficiados, 2 tenientes de cura, sacristanes y acólitos, y 1 perteneciente a órdenes religiosas. Se completa el total con 564 menores o sin profesión.

En 1828 el rey Fernando VII visita la localidad a la que llega por el Canal de Castilla. Junto al mismo se conserva la Casa o Almacén del Rey, convertido en la actualidad en Museo del Canal de Castilla, junto al cual existió un pequeño astillero. En ese momento cuenta con 328 vecinos, 1.150 habitantes, según indica Sebastián Miñano. La población ha descendido en 1850 a 124 vecinos, 645 almas, de los que 40 son jornaleros que se ocupan en la construcción de barcas en el astillero. El casco urbano esta formado por 164 casas.

Ermita de S. Gregorio

Poco después, Becerro de Bengoa en 1874 informa de la existencia de 1.067 habitantes, 250 casas, 5 bodegas así como de varios almacenes de madera, palomares y casas de campo.

Destacar en la localidad la iglesia de San Juan Bautista, levantada en el siglo XIII, aunque posteriormente reformada en el XVIII, que guarda en su interior varios retablos del XVIII, una escultura de Alejo de Vahía del XV, así como un bello artesonado mudéjar y un magnífico órgano.

Del XV era la parroquia de San Pelayo, de la que únicamente se conserva en pié la torre y cuyas piedras se utilizaron en la restauración del castillo de Monzón de Campos. La ermita de San Gregorio Ostiense, del XVIII, se encuentra en un descampado.

El Museo del Canal de Castilla se encuentra en la antigua Casa del Rey, edificada en 1799, y en sus cercanías un puente, ahora peatonal, construido en 1754.