Un documento del Archivo General de Simancas de 1493 permite conocer la construcción de una casa fuerte en la localidad. En esa fecha según denuncia presentada por Juan de Bustamante en representación de García Fernández Manrique, marqués de Aguilar, su hermano Juan Manrique con gente armada tanto a pie como a caballo, había tomado la casa de Alonso Ruiz y la estaba fortificando haciendo cavas, baluartes y otras defensas sin licencia real. También había encastillado la iglesia de la localidad así como de la vecina Villalumbroso y cercado la fortaleza que el marqués tiene en esta última villa.
Ambos lugares habían sido donados por el conde de Castañeda a su hijo menor Juan Manrique formando parte del mayorazgo de Fuenteguinaldo, mientras que el marqués de Aguilar afirma haber adquirido mediante compra ambas poblaciones.
Los Reyes Católicos encargan al alcalde de corte Gonzalo de Castro, que se disperse la gente de armas y se deshagan las obras de fortificación que no existieran antes de este suceso.
Se menciona la localidad como "Villa Toquit" en 1245. En el becerro de las behetrías de 1351 se indica que "Villa Toquito" es lugar de behetría de Diego Pérez Sarmiento, teniendo por naturales los Lara, los Vizcaya y los Sarmiento. Paga al rey 270 maravedís de martiniega, aunque 20 los cobra el adelantado. También pagan servicios y monedas, mientras que Diego Pérez recibe de yantar dos carneros, dos fanegas de harina y tres cántaras de vino.
Figura que es del mariscal de Zamora en 1528, con 29 vecinos pecheros. Según datos eclesiásticos de 1589 está incluida en el Arciprestazgo de Cisneros y cuenta con 40 vecinos, aunque dos años más tarde se censan 57 de los que 50 son pecheros, 3 hidalgos y 4 pertenecen al clero secular.
Los 33 vecinos que se indican en 1631 los forman 122 personas, de las que 94 tienen más de 10 años. En 1712 se contabilizan 19 vecinos, de los que 15 son pecheros, 2 son pobres y hay 4 viudas que se contabilizan como 2 vecinos.
Pertenece la villa al marqués de San Vicente en 1752, tiene 51 vecinos y el núcleo urbano lo forman 45 casas, así como 2 solares, entre los que se incluye la panera del Monte Pío que dispone de 170 cargas de trigo para ayuda de los vecinos necesitados. No pagan ningún foro por el establecimiento del suelo de las casas y solares. También existen 8 palomares en el término municipal.
Se contabilizan en la localidad 4 pobres de solemnidad que se mantienen de las limosnas que les dan los vecinos y se recogen en una casa que dispone la Cofradía de la Cruz.
Por ocupaciones hay 16 jornaleros, 12 labradores, 8 tratantes de lana de su propio ganado, 6 criados, 2 carpinteros, 1 albañil, 1 tejedor, además de pastores, guardas de campo y de ganado, así como mozos de servicio.
En el censo de Aranda confeccionado en 1768 se incluye la localidad en el corregimiento de Carrión, provincia de Toro y obispado de León, con 189 habitantes. Tres años más tarde se conoce la existencia de 3 cofradías que celebraban anualmente 5 fiestas con un gasto de 10.700 reales de vellón.
Pocos años después, en 1787, hay 186 pobladores, 89 varones y 97 mujeres, entre los que se encuentran 30 jornaleros, 12 labradores, 6 criados, 4 artesanos y 1 militar, además de cura, beneficiado y sacristán.
La evolución de la población durante el siglo XIX pasa de los 214 habitantes de 1828 contados como 55 vecinos, a los 44 vecinos de 1843, cifra que se mantiene en 1850 aunque con 229 habitantes. En esta fecha la villa consta de 42 casas entre las que se encuentra el ayuntamiento donde se ubica la cárcel. También dispone de escuela de primeras letras donde acuden 27 niños.
En 1874 se indica la existencia de 256 habitantes, con un casco urbano con 65 casas y hay además 15 bodegas. Aparece en el censo de 1877 con una población de derecho de 101 hombres y 119 mujeres para un total de 220 personas. Cinco años más tarde cuenta con 240 almas según datos eclesiásticos de la iglesia que está incluida en el arciprestazgo de Cisneros, obispado de León. Cuenta en 1887 la población con 74 edificios y 220 habitantes.
En la localidad se puede visitar la iglesia de San Salvador, de una sola nave, construida a finales del siglo XVI del que aún se conserva la torre del campanario ya que un incendio afectó a gran parte del edificio. A medio kilómetro del pueblo se encuentra la Ermita de la Purísima, formando parte del cementerio, con un altar de estilo neobarroco.